Opinión del Dr. Sands.
En primer lugar tenemos que los abogados litigantes estamos hartos de que la profesión se desprestigie cada día más, no solo estamos molestos con los colegas que regalan su trabajo, ese mismo que les pudo permitir tener “ahorros en tiempos de pandemia” como lo dijo la Dra. Martha Lucía Ramírez, sino que esa cultura de cobrar barato es la que nos tiene en una guerra por clientes de a centavo que no le conviene a nadie. Sin duda merecen una investigación disciplinaria bajo el marco jurídico de la ley 1123 del 2007 ARTÍCULO 30. Constituyen faltas contra la dignidad de la profesión: (...) Obtener clientes aprovechándose de una situación de calamidad que afecte gravemente la libertad de elección (...).
Solo hay que mirar la cantidad de colegas "cazando" potenciales casos en época de Covid19 con "super ofertas" y con paquetes de asesorías groseramente regaladas para concretar a clientes, en una abierta competencia desleal que no solo afecta al mercado, sino que desprestigia la profesión.
En segundo lugar esta el tema del Covid-19 y su incidencia en la Rama Judicial, otra “Vaca Sagrada” con la que nadie se quiere meter porque “Me pueden coger fastidio y no caminarme en mis procesos” o porque creen que les van abrir disciplinarios, pues les informo que estoy aburrido de leerme el estatuto del abogado y expresar nuestra opinión en un contexto fuera del litigio, no es causal disciplinable y mucho menos exigir derechos constitucionales, hay bastante jurisprudencia al respecto, la libertad de expresión para la muestra las mejores: (Sentencia de Constitucionalidad 1153 del 2005; Sentencia de Constitucionalidad C-634/16; Sentencia de Tutela 219/12; Sentencia de Unificación .274/19) esta libertad de expresión y opinión no solo esta respaldada por la constitución nacional en su precioso articulo 20, sino por tratados internacionales como la Conveción Americana para Derechos Humanos articulo 13, debidamente ratificada por Colombia. recuerde esto no es Korea del Norte, aunque parezca.
El abogado litigante como tercer punto no tiene respaldo alguno, ni del gobierno ni de los famosos Colegios de Abogados como les llaman algunos “Comités de aplausos”, unos organismos creados para darse "estatus" mas no ayudas, esos mismos que han brillado por su ausencia en plena pandemia y en el desastre de la aplicación de la era digital por parte de los operadores judiciales, que no es mas que una negligencia y mora atribuible abiertamente a la Rama Judicial, gestión que no pasa de lenta y rogada, máxime cuando es bajo los mismos principios de Eficiencia, Eficacia y Celeridad que hace años debieron estar al día con el tema de la virtualidad.
El cuarto problema es el "orgullo" estimados colegas, ese mismo que no permite conformar grupos fuertes que hagan valer nuestros derechos, el derecho al trabajo, a la vida digna, al mínimo vital, al acceso a la justicia y un montón de obligaciones que tiene el estado con nosotros y que sin duda nadie hace valer. Sé que sonara para algunos vergonzoso, pero hay colegas pasando trabajo, me atrevería decir incluso, anhelando la consignación del famoso “ingreso solidario”. Simplemente si no hay acceso a justicia no hay litigio, si no hay litigio no hay honorarios, si no hay honorarios la nevera no se llena. Creo que mucha gente olvida que los servicios públicos llegan y no importa si la rama judicial descansa con sueldos ininterrumpidos o entran en “paro”, trabajen o no, el sueldo llegará. Sin embargo, a los abogados litigantes no les llega el mensaje de pago al celular porque si no hay acceso a la justicia no hay posibilidad de ejercer nuestra profesión, lógico, no producimos dinero y esto es sin duda es la gran diferencia entre abogados litigantes y abogados de la rama, unos siguen exigiendo derechos aun teniendo sueldo fijo y por otro lado los litigantes que sin recibir ingresos están temerosos en sus casas de alzar su voz, sin duda una vergüenza para llamarse "Abogados" del latín Advocatus "ad auxilium vocatus" ("el llamado para auxiliar"), sin embargo ¿auxiliar a quien?, si no podemos ni con nosotros mismos.
No faltara el que diga: “Que concursen, si quieren ser funcionarios”, “Dejen de llorar que tuvieron tiempo de ahorrar” o mi preferido “Nadie lo mando a estudiar derecho”, pues simplemente así lo quisimos y no nos arrepentimos, amamos ser abogados y por tal este escrito, pero el gremio y el estado deben hacer algo, más allá de peleas entre sí en las redes sociales dudo mucho que logre sacar a flote una buena defensa colectiva si siguen haciéndose los mártires con memes tristes o discusiones entre nosotros mismos, sin duda es hora de tomar las riendas, necesitamos ser representados, que se unan todos los bufetes, colegios de abogados, litigantes independientes y mediante una sola voz y varias acciones jurídicas nos hagamos respetar, porque parece que aun no entienden que el Covid19 llegó para quedarse por varios meses y no sé cuanta resistencia tiene el cuerpo de un abogado litigante, lo que si se es que no son eternos y sin dinero no se vive, no importa si tienen anticuerpos para el Covid19 o una firma de prestigio, para el hambre no hay defensas.
Para finalizar, como quinto problema tenemos el crecimiento desmedido y sin control de profesionales del derecho por universidades de “pacotilla” o de garaje. Resulta que no hay control verdaderamente serio en este tema, que, aunque muchos digan “si usted es bueno no debe preocuparse” lo cierto es que las leyes de la oferta y la demanda no mienten y si hay muchos abogados sin duda nuestro valor bajará, por tanto deben de estipular como obligatorio el examen para obtener la tarjeta profesional, un filtro altamente potente que evite que muchos abogados “fantasmas y regalados” salgan al mundo laboral si es que encuentran trabajo. Sin duda un tema complejo que da para muchas hojas, pero lo verdaderamente importante es el mensaje:
"siendo abogados no tenemos quien nos defienda, que siendo muchos nuestra voz no se escucha y si no actuamos con determinación no podremos a ejercer nuestra profesión dignamente"
¡Saludos!
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