Por, Jimmy Jimenez - Bufete de Abogados INTEGRITY LEGAL
A propósito de la increíble e inusitada situación ocurrida en los Estados Unidos, en la que un grupo de manifestantes logró ingresar al capitolio y que deja 4 muertos hasta el momento y sin obviar la gravedad de lo ocurrido, hay un asunto que nos debe inquietar y sobre el que es urgente llamar la atención.
Y ese asunto es el inmenso poder que tienen hoy las redes sociales, principalmente Facebook, Twitter e Instagram, redes sociales hoy presentes en las vidas de la mayoría de la población mundial; redes a las que un gigantesco número de personas dedica horas y horas diariamente, en las que incluso hoy se puede comprar y vender casi cualquier cosa, publicitar, comunicar, etc.
Esas redes sociales, que por si mismas no son algo malo, son simplemente un nuevo canal de comunicación. Cuando están presentes en la vida de miles de millones, tal como pasa hoy, se convierten en una gran herramienta para el beneficio de la humanidad, pero también para el control o incluso para la destrucción.
El hombre más poderoso del mundo, como suele calificarse al presidente de los Estados Unidos, realizó una serie de publicaciones en esas redes sociales, que fueron calificadas como imprudentes e incendiarias (y seguramente lo fueron) y estas, tomaron la decisión de suspender las cuentas del Sr. Trump.
En efecto, si bien será un tema importante a debatir, el asunto hoy aquí no es si el Sr. Trump es o no de nuestra simpatía, o si sus declaraciones fueron o no imprudentes, el asunto aquí es hacer un llamado a que reflexionemos sobre el poder de las empresas que controlan esas redes sociales.
Se han constituido esas redes sociales en ACUSADOR, JURADO, JUEZ Y VERDUGO…; establecen sus propias reglas, nos gusten o no. Controlan, manejan y se hacen dueños de nuestra información, deciden quién cumple o no sus "normas", acusan, juzgan y ejecutan la sentencia, en el caso del Sr. Trump, la sentencia de la censura.
Reitero, no nos dejemos desviar del asunto al pensar en la buena o mala conducta del Sr. Trump, centrémonos en la gravedad de que una empresa privada, pueda decidir silenciar al hombre más poderoso del mundo.
¿Qué nos espera entonces a nosotros simples ciudadanos mortales? Cuando demos una opinión en las redes que no cuadre dentro de las reglas, ¿seremos censurados, silenciados, incluso expulsados de las mismas? Y, ¿qué protección tenemos frente a estas poderosísimas empresas privadas? ¿Donde queda el articulo 20 de nuestra carta politica?
Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.
Es inquietante ver los argumentos legales que utilizan estas redes cuando son llamadas a un proceso judicial en Colombia por ejemplo, con sus poderosos equipos legales, se salen por las ramas, y afirman no tener control de la plataforma de la red social, por ser tan solo una empresa constituida en Colombia para vender publicidad, es decir, se desligan de la Empresa Facebook Estados Unidos, tan solo para librarse de la responsabilidad de lo allí publicado y de las actuaciones de la red social, de modo que ni los jueces tienen control sobre ellos.
Inquietante cuando menos y una alerta urgente a tener en cuenta, ¿cómo se podrá controlar tanto poder?, ¿qué pasaría si un día un alto ejecutivo de estas redes sociales, o el Sr. Mark Zuckerberg, accionista importante de Facebook, quisiera ser candidato presidencial?, ¿podríamos realmente contar con imparcialidad y juego limpio ante un escenario como ese?
En extremo situación preocupante, que tendra que regular en su momento la Honorable Corte Constitucional, aunque hay ciertos avances en la linea que se está forjando actualmente: T-031/2020 - SU.420/2019
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