Por, Francisco Javier España Barraza – Abogado Especialista en derecho Administrativo, conferencista, profesor, columnista digital en tránsito y seguros.
Tras 15 años de experiencia como abogado, haber trabajado en el sector público, privado, cómo litigante independiente y últimamente como profesor, puedo decir con total certeza que en la dinámica de entender el derecho y ejercerlo tenemos dos opciones y de nosotros depende a cuál nos enfocamos.
La primera opción es desde el punto de vista académico, sí, y créame que no le alcanzará la vida para llenar todo lo que necesita desarrollar. En efecto, al investigar muchos autores de renombre y magistrados de las altas cortes de Colombia, llegar al nivel de conferencista invitado en grandes eventos jurídicos o ser citado como doctrinante requiere toda una vida de trabajo y lo más curioso es que académicamente no puede ser el Top en varias áreas, sencillamente porque la vida no alcanza para lograrlo.
Se requieren décadas para forjarse una idea real, concreta y profunda de algún área del derecho en particular, pues cuando termina con el estudio normativo del país debe entender la realidad litigiosa que se desprende del tema y cuando eso se agota se acude al derecho comparado, ciertamente un camino que lejos de ser sencillo o rápido, es complejo y engorroso, realmente le debe gustar el estudio para que pueda llegar a algún lado trabajando la visión académica del derecho.
El segundo punto de vista, es el económico, pensar en el derecho como una herramienta para hacer dinero o para subsistir, de allí que los abogados se dividen en los que “viven del día a día” esos que hoy comen bien, mañana quizá no, esos que dicen “la situación esta dura” pero ya mejorará y otros que se la pasan creando emprendimientos, negocios, buscando casos cuantiosos e invirtiendo en imagen pública para convertirse en unas “máquinas de traer casos rentables”.
Podríamos pensar que la finalidad verdadera del derecho es hacer justicia y del abogado como un ser altruista que sigue los designios de la Diosa Temis, sin embargo, para nadie es un secreto que no se vive de los agradecimientos de los indefensos, se tiene que producir y de allí que se pierde el sentido real de ejercer por amor al arte, sin embargo, el detalle es que desde el punto de vista económico se sacrifica mucho la ética y el crecimiento intelectual, pues en esta esfera se requiere ser practico, se requiere un jurista “rápido y sagaz” no un cerebrito que le de clase al juez, lo importante aquí es cobrar, se pierda o gane, se estudie o no “ganar es ganar”.
Quizá por eso verá abogados “poco letrados” con bastante dinero y abogados súper inteligentes y estudiosos que no tengan donde caerse muertos, y es que la academia no es para hacer dinero, no está diseñada para eso y el litigio rápido, despiadado no es para jugar al doctrinante, es para tipos prácticos, Ese dilema confunde a muchos y los hace ir de especialización en especialización, de oficina en oficina y de áreas del derecho a otras, no se es al final del partido abogado 100% en un campo o en otro, nuestro verdadero reto es construir un equilibrio uno que no puedo enseñarle en este escrito, porque solo usted sabe cómo esta económicamente y a nivel intelectual, solo usted decide que trabajar y hasta donde piensa llegar, sí, retos del abogado y dicotomías que dejan mucho que pensar.
Por, Francisco Javier España Barraza – Abogado Especialista en derecho Administrativo, conferencista, profesor, columnista digital en tránsito y seguros.
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