Por Shirley Angarita - Abogada y columnista de asuntos internacionales
Para quienes no lo saben, los Dreamers son un grupo de inmigrantes indocumentados que fueron llevados por sus padres a vivir a los Estados Unidos cuando eran niños. Fue así como en el año 2012 bajo la presidencia de Barack Obama se creo el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), cuya finalidad es proteger a aquellos inmigrantes que viven sin permiso ni residencia en el país y que llegaron siendo niños como lo mencioné anteriormente.
En desarrollo del programa DACA, estás personas han podido obtener licencias de conducción, estudiar y tener trabajos legalmente seguros, pero no les da la capacidad para convertirse en residentes permanentes e incluso ciudadanos estadounidenses, lo que generó un limbo jurídico para estos Dreamers.
Para el año 2017, el presidente Donald Trump puso fin a este programa que protege a unos 700000 inmigrantes indocumentados de la deportación lo cual desencadenó gran malestar y protestas al interior del país , lo que conllevó a la intervención del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, quien en reciente pronunciamiento rechazaron el procedimiento empleado por el actual mandatario a la hora de tumbar este programa, al catalogarlo como arbitrario y caprichoso. Ahora bien pese a que esto significa una victoria para los soñadores, ellos seguirán en el limbo jurídico hasta que se tome de manera definitiva una política más clara y amplia que defina su situación migratoria en este país.
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