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  • Foto del escritorOsadía Jurídica - Blog

TRES CRITERIOS NECESARIOS PARA ELEGIR UN BUEN CASO




Por, Francisco Javier España Barraza, abogado consultor en tránsito y aseguradoras.


El secreto en derecho para hacerse con una buena estabilidad económica es manejar los tres criterios para elegir un buen caso, en efecto, es aquí donde se diferencias los “novatos” de los abogados consagrados o con gran proyección de éxito.


Los tres elementos son 1- Capacidad de analizar probabilidades de éxito, 2- La razonabilidad en la apreciación del daño causado a defender y 3- Encontrar de manera inequívoca donde está la mayor cantidad del dinero en el menor tiempo posible.


En efecto, cada uno de estos criterios será desarrollado y justificado en el transcurso de esta lectura que no tiene más pretensión que a orientar al abogado que aún siente que la carrera no le produce todo su potencial o el dinero que pueda llegar a generar:


1- CAPACIDAD DE ANALIZAR PROBABILIDADES DE ÉXITO:

Como quiera que en la vida profesional estamos siendo solicitados constantemente por clientes potenciales, es necesario tener una visión profunda del área en que nos desenvolvemos, eso se obtiene con mucho estudio y luego poniéndolo en práctica, recomiendo estudiar como unos “maniáticos” nuestra especialidad y obtendremos una visión panorámica de cualquier situación litigiosa del área.


Encontraremos puntos claves a favor y en contra que, luego de una reflexión razonada y critica nos podrán dar luces de la viabilidad o vocación de éxito que tiene el problema jurídico planteado, de allí el secreto de los grandes abogados, ellos saben en el fondo cuando un caso es ganable con mucha seguridad, pero por cuestiones de ética profesional no lo aseguraran delante del cliente.



2- LA RAZONABILIDAD EN LA APRECIACIÓN DEL DAÑO CAUSADO A DEFENDER:

Parece mentira, pero cuando abordamos la posible cuantía de la indemnización pensamos en todo, menos en el verdadero impacto del daño causado, pues es fácil diluirse en la búsqueda de la configuración de la responsabilidad civil clásica: “culpa, daño y nexo causal”, pero ¿realmente valoramos el daño?


En conversaciones previas a tomar el caso de manera formal, es importante revisar con cabeza fría el verdadero impacto del daño, pues de nada nos sirve tener un caso ganado jurídicamente hablando, con la responsabilidad definida si el daño es supremamente irrelevante: “la misma carpeta de 200 hojas y el mismo esfuerzo en un caso pequeño es el mismo de un caso grande”.


Ciertamente es un criterio que nos hace más selectivos, pues la mayoría de colegas están peleando como “pirañas” en el mercado casos que no justifican el desgaste que conlleva llevarlos a buen puerto, es preferible tener dos casos excelentes al año que 20 casos “malos”, hacien referencia como la famosa regla “del 20% de esfuerzo obtengo el 80% de resultado” y no al réves.


3- ENCONTRAR DE MANERA INEQUÍVOCA DONDE ESTÁ LA MAYOR CANTIDAD DEL DINERO EN EL MENOR TIEMPO POSIBLE:


Podemos tener casos con vocación a éxito, podemos incluso tener un caso que represente ingresos considerables en honorarios, pero eso no significa que hayamos elegido el camino más rápido y eficiente para llegar a dicha meta.


Amén de lo anterior, puede suceder que de un solo proceso se desprendan varias posibilidades de intervenir jurídicamente, es decir, del mismo daño puede surgir una denuncia de carácter penal, una demanda civil, un reclamo ante aseguradora, una solicitud de conciliación, una transacción, un proceso disciplinario o un proceso contencioso administrativo, sí, hay muchos caminos a elegir y no todos llevan “a Roma”.


Ese criterio de elección procesal es característico en los abogados altamente productivos, pues por experiencia los mismos 200 millones obtenidos en transacción producto de una dura negociación durante 4 meses, pueden ser los mismo 200 millones obtenidos en fallo de segunda instancia durante 5 años. En gracia de discusión podemos afirmar que es un arte encontrar estos “atajos jurídicos” que representa en todo el sentido de la palabra la expresión ser EFICAZ.


Cuando tengamos claro estos tres elementos apostaría que nuestra proyección profesional será más prometedora que la del abogado promedio, pues quien tiene claro a donde va no solo llega más rápido, sino que le queda tiempo para seguir a otras metas, incluso más grandes. Saludos Cracks.

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